
El comienzo de un nuevo año tiene algo particular en la cultura occidental, con tradiciones que expresan el deseo de bondad y nuevas oportunidades para crecer como mejores hijos e hijas de Dios. Entonces, al comenzar 2023, les deseo lo mejor. Estoy seguro de que, en sus familias y sus pensamientos, hay una pasión por mejorar sus vidas, y ese deseo es una bendición en todo lo que siempre hacen a lo largo de este nuevo año.
Hay que vivir cada día con calidad, sin dejar pasar el tiempo como algo que transcurre. Don Bosco siempre invitaba a sus muchachos a ser mejores, diciendo “que cada segundo es un tesoro.” Así es, recordar que cada instante es una oportunidad nueva para crecer, para decidirnos a amar, para humanizar las acciones de nuestra vida. En el pensamiento de Don Bosco, cada instante es un momento para sabernos llamados a un proyecto de felicidad haciendo felices a quienes nos rodean.
No se trata de pensar en un año bueno o un año malo, eso queda en cada persona, dependiendo de cómo lo vivan, lo que deberíamos buscar es en oportunidades que aumenten, que nos ayuden a aprender y a gozar las cosas transformándolas para bien de todos, más allá de las dificultades y los obstáculos que encontraremos. Esto es, que bello es comenzar un 2023 “abrazando la vida” con todo lo que esto significa.
En el pensamiento de Jesús siempre estuvo la llegada del Reino, y esto es todo un movimiento revolucionario que transforma los corazones, las conciencias, sobre todo, la capacidad de ver la vida, de escuchar a los demás y de sentir la realidad que nos rodea: imagino una parroquia en donde los muchachos, las familias, y quienes formamos parte de esta comunidad seamos más tiernos, cariñosos, empáticos y decididos para hacer el bien. Este año encontraremos acontecimientos, noticias y retos que tal vez nos provoquen miedo, porque nos sentimos incapaces o heridos, sin embargo, la vida con sus retos presenta siempre oportunidades para crecer. Pensemos en Don Bosco, quien siempre aprendió desde lo que vivía a crecer en santidad.
Este año nos recibe con proyectos y rectos, estoy seguro que siguiendo a Jesús como Don Bosco, aprenderemos a ver dónde es mejor centrar nuestras miradas, nuestro amor, nuestra ternura y cariño para que sean bien recibidos, y desde allí comience un tiempo de cambio y crecimiento. El primer día de este año comenzamos con la fiesta de María Madre de Dios, fijando la atención en la mirada de la madre que mira absorta al hijo que ama, tal vez desde esa mirada llena de ilusión y confianza, podamos “despegar” este año con entusiasmo y decisión.
Este es un mes totalmente Salesiano: celebraremos la santidad de Laurita Vicuña, una jovencita chilena que sigue los pasos de la santidad Salesiana. También, será la fiesta de San Francisco de Sales, quien, inspirando a Don Bosco, mueve los deseos a la santidad. Y el último día de enero, como familia, celebraremos a San Juan Bosco, quien fue llamado al cielo un martes 31 de enero de 1888, y este año, su fiesta coincide en martes… ¡es toda una aventura de santidad! Estoy seguro de que de ellos aprenderemos a hacer siempre algo bueno por los demás, renunciando a pequeñas cosas que no son importantes, aprendiendo a amar lo que somos como hijos de Dios, para compartir con los demás esa llamada a la santidad al estilo de Don Bosco.
Al iniciar este 2023 creamos en nosotros mismos, abracemos la vida, afrontemos las nuevas oportunidades sin miedo, sabiendo que los retos y las oportunidades vendrán todos los días, de nosotros depende decir sí a la felicidad, como supo decirlo Don Bosco.
¡Feliz Año Nuevo!
Padre Rafael Saiz, SDB
Parroco
El comienzo de un nuevo año tiene algo particular en la cultura occidental, con tradiciones que expresan el deseo de bondad y nuevas oportunidades para crecer como mejores hijos e hijas de Dios. Entonces, al comenzar 2023, les deseo lo mejor. Estoy seguro de que, en sus familias y sus pensamientos, hay una pasión por mejorar sus vidas, y ese deseo es una bendición en todo lo que siempre hacen a lo largo de este nuevo año.
Hay que vivir cada día con calidad, sin dejar pasar el tiempo como algo que transcurre. Don Bosco siempre invitaba a sus muchachos a ser mejores, diciendo “que cada segundo es un tesoro.” Así es, recordar que cada instante es una oportunidad nueva para crecer, para decidirnos a amar, para humanizar las acciones de nuestra vida. En el pensamiento de Don Bosco, cada instante es un momento para sabernos llamados a un proyecto de felicidad haciendo felices a quienes nos rodean.
No se trata de pensar en un año bueno o un año malo, eso queda en cada persona, dependiendo de cómo lo vivan, lo que deberíamos buscar es en oportunidades que aumenten, que nos ayuden a aprender y a gozar las cosas transformándolas para bien de todos, más allá de las dificultades y los obstáculos que encontraremos. Esto es, que bello es comenzar un 2023 “abrazando la vida” con todo lo que esto significa.
En el pensamiento de Jesús siempre estuvo la llegada del Reino, y esto es todo un movimiento revolucionario que transforma los corazones, las conciencias, sobre todo, la capacidad de ver la vida, de escuchar a los demás y de sentir la realidad que nos rodea: imagino una parroquia en donde los muchachos, las familias, y quienes formamos parte de esta comunidad seamos más tiernos, cariñosos, empáticos y decididos para hacer el bien. Este año encontraremos acontecimientos, noticias y retos que tal vez nos provoquen miedo, porque nos sentimos incapaces o heridos, sin embargo, la vida con sus retos presenta siempre oportunidades para crecer. Pensemos en Don Bosco, quien siempre aprendió desde lo que vivía a crecer en santidad.
Este año nos recibe con proyectos y rectos, estoy seguro que siguiendo a Jesús como Don Bosco, aprenderemos a ver dónde es mejor centrar nuestras miradas, nuestro amor, nuestra ternura y cariño para que sean bien recibidos, y desde allí comience un tiempo de cambio y crecimiento. El primer día de este año comenzamos con la fiesta de María Madre de Dios, fijando la atención en la mirada de la madre que mira absorta al hijo que ama, tal vez desde esa mirada llena de ilusión y confianza, podamos “despegar” este año con entusiasmo y decisión.
Este es un mes totalmente Salesiano: celebraremos la santidad de Laurita Vicuña, una jovencita chilena que sigue los pasos de la santidad Salesiana. También, será la fiesta de San Francisco de Sales, quien, inspirando a Don Bosco, mueve los deseos a la santidad. Y el último día de enero, como familia, celebraremos a San Juan Bosco, quien fue llamado al cielo un martes 31 de enero de 1888, y este año, su fiesta coincide en martes… ¡es toda una aventura de santidad! Estoy seguro de que de ellos aprenderemos a hacer siempre algo bueno por los demás, renunciando a pequeñas cosas que no son importantes, aprendiendo a amar lo que somos como hijos de Dios, para compartir con los demás esa llamada a la santidad al estilo de Don Bosco.
Al iniciar este 2023 creamos en nosotros mismos, abracemos la vida, afrontemos las nuevas oportunidades sin miedo, sabiendo que los retos y las oportunidades vendrán todos los días, de nosotros depende decir sí a la felicidad, como supo decirlo Don Bosco.
¡Feliz Año Nuevo!
Padre Rafael Saiz, SDB
Parroco